¡Hola de nuevo! Vuelve el Dr. Moreau, esta vez con la crónica, aún calentita, del último concierto que ha presenciado.
Y&T es una de esas bandas a las que daba por perdidas, en lo que a oportunidades de verlos se refiere. Pese a ser una banda de calidad, no están en la primera línea (al menos en lo que a Europa se refiere) y no veía la posibilidad de que se dejaran caer por aquí.
Pero afortunadamente, estaba equivocado; porque de un tiempo a esta parte el hecho de que hagan fechas en Europa es una constante; y además siempre se dejan caer por Euskadi o Navarra en alguna de ellas. Así que ya he podido disfrutar de sus directos en cinco ocasiones. Y, sinceramente, espero que haya más.
Formados en California en la primera mitad de los ’70, editan su primer disco en el ’75; pero no es hasta el ’81 cuando se empieza a oír hablar de ellos en serio, merced a su tercer trabajo «Earthshaker».Después vinieron «Black tiger», «Meanstreak» e «In rock we trust», todos ellos en la primera mitad de los ’80, que le dieron al grupo una posición de relevancia dentro del negocio. Los álbumes posteriores no recibieron tan buenas críticas, lo que les llevó de nuevo, no al ostracismo; pero sí a un nivel inferior de popularidad.
Afortunadamente, Dave Meniketti, líder absoluto de la banda, nunca se ha rendido y ha mantenido al combo en pie. El hombre que, en su día, dijo «no» a gente de la talla de Ozzy Osbourne o David Coverdale cuando intentaron reclutarle, siguió con Y&T y aunque no ha alcanzado un status tan alto, se han mantenido con dignidad (a lo largo de su carrera han vendido la nada despreciable cantidad de 4 millones de discos) y pueden presumir de unos fans que, quizá, no sean muy numerosos; pero desde luego sí son fieles.
Y como yo soy uno de esos fans tan fieles, este pasado viernes me personé en la Jimmy Jazz para disfrutar de nuevo del directo de la banda. A eso de las 21:45 arrancó el show con «Hurricane», «Hard times», «L.A. rocks» y «How long»; todo ello contenido en discos editados de los ’90 en adelante; lo cual me dejó un poco sorprendido.
El siguiente bloque de temas incluía algunos títulos míticos como «Lonely side of town», «Black tiger», «Rhythm or not» y «Meanstreak» (que sonó brutal), lo que hizo que el público se enganchara del todo al concierto y se viniese arriba.
Continuaron con «Midnight in Tokyo» (muy aplaudida), «Take you to the limit» y «Cold day in hell». Aquí, por petición de alguien del público se incluyó un breve fragmento de «Don’t wanna lose you»; para después atacar con otro clásico,»I believe in you», cuyo final desató del todo al público. De las más celebradas de la noche.
«Eyes o a stranger», «Contagious» y «I want your money» nos fueron acercando al final del concierto, al que pusieron punto y final con «Summertime girls», el celebradísmo y buenísimo «Rescue me» y «I’m coming home» el single de su último disco hasta la fecha, «Facemelter». Volvieron para un breve pero intenso bis. Las elegidas fueron «Open fire» y «Forever», después de la cual sí que dieron por terminada la fiesta.
En resumidas cuentas, un buen concierto; que, como siempre pasa con Meniketti y cía., dejó satisfecho y con buenas sensaciones al respetable. Una banda con muchas tablas, rodadísima, en la que todos saben lo que tienen que hacer y lo ejecutaron a la perfección (como me dijo un amigo mío al final, «esto es ir sobre seguro. Nunca fallan»). Un sonido muy bueno, con alguna imprecisión en el primer tema que fue corregida rápidamente, ayudó a que disfrutáramos plenamente de todo. Los instrumentos sonaron estupendamente y las partes vocales, tanto solistas (Meniketti sigue cantando espectacularmente bien) como los coros de Brad Lang y John Nymann (mención especial para ellos en ese aspecto en «Lonely side of town», «Midnight in Tokyo» y «Summertime girls»), simplemente estuvieron perfectas.
Aunque lo mejor de la noche estaba aún por llegar. Después del show, los cuatro músicos, incluido Meniketti, salieron por allí a firmar autógrafos y hacerse fotos con todo aquel que así lo quiso (y doy fe de que fuimos muchos) y más tarde estuvieron en un local rockero de la ciudad compartiendo cervezas, vino y más fotos y firmas con los pobres mortales que allí nos presentamos. Todo en un muy buen ambiente, relajado y distendido. Algo que hace que admire aún más a Mr. Meniketti & co., que en todo momento se mostraron amables y, sobre todo, pacientes, lo cual es digno de mención.
Hasta la próxima, Mr. Meniketti. Sepa que por aquí se le aprecia.
Texto y fotos: Dr. Moreau Frankensguitar