“Ya no se hace cine como el de antes”. Este enunciado tan común que todo el mundo ha dicho u oído es la razón por la que estoy escribiendo en esta página, por lo que me parece apropiado que mi primera aparición sea sobre este tema. Antes de nada, aclarar mi interpretación: el cine de antes es mejor que el cine moderno, no se dice con la intención de referirse al desarrollo de las técnicas cinematográficas, si no para hablar del descenso en la calidad, normalmente asociado al énfasis en el entretenimiento. Esta frase se dice muy a la ligera, pero creo que tiene implicaciones muy interesantes, hay casi infinitos puntos de vista desde los que tratarla, así que en pos de simplificar la lectura voy a intentar estructurarla lo más claramente posible.
¿Qué significa “el de antes”?
Depende de con quien hables la fecha va a ir cambiando, hay quien pone el límite en los 90, que es lo más común, al menos por lo que yo he visto, pero hay gente que va incluso más tarde, y otros que van hacia antes. Si yo tuviese que marcar mi límite probablemente lo marcaría a finales de los 60 como un punto clave de cambio en el cine, bueno, en el cine americano y por consecuencia en el resto del mundo.
La gente que sigue el cine con cierta avidez conocerá el infame Código Hays, una serie de guías morales sobre las que se censuraba el cine americano desde 1934 a 1967, limitaba la capacidad de tratar explícitamente temas “de mal gusto” como se refieren en el código, pero como siempre, dentro de la limitación se expande la creatividad, por lo que numerosos cineastas fueron capaces de sutilmente romper esas barreras sin ser censurados.
La abolición del código supone una libertad para los cineastas y cambia radicalmente la forma de hacer cine ahora con la capacidad de tratar temas desde perspectivas más “perversas” y comienza el auge del cine más sensacionalista ahora que se permiten temas e imágenes tabú.
La criba del tiempo
Hay demasiado cine, hoy en día se hace más cine que en cualquier otro momento de la historia, lo que lleva a un gran problema de sobrecarga de contenido, limitando la cantidad de cine que cada persona puede ver. En el caso del cine anterior, a parte de hacerse menos películas, el paso del tiempo ha hecho que las películas que se recuerdan son las “mejores”. La gente que vio mucho cine en los 90, con el paso del tiempo también se habrá olvidado del montón de películas malas que se tragaron. Lo que lleva a una visión sesgada de la historia del cine.
La cualidad de la cantidad
Una cuestión de importancia a la hora de valorar películas, que es al fin y al cabo lo que se hace al decir esta frase, es la experiencia de la persona con el cine, refiriéndose a la cantidad de cine consumido y al tipo de cine que se ha visto. Valorar es un trabajo de comparación, por lo que si has visto cien películas, tu “base de datos” es menor que la de alguien que ha visto quinientas. Esta “base de datos” no solo tiene una cantidad sino que también importa la variedad, da más perspectiva ver una película europea que diez de acción si ya has visto cincuenta de acción antes.
Lo que me encuentro normalmente en gente que dice «Ya no se hace cine como el de antes» es que su mayoría de cine visto es americano “antiguo”, mayormente comercial, y que no están tampoco intentando refutar su hipótesis. No digo esto como una crítica a la idea sino al ligero interés de sus usuarios para validarla.
El aura de lo antiguo
El cine a veces recuerda al vino, cuanto más tiempo pasa mejor es, pero el vino no es mejor solamente por el tiempo que ha pasado en barrica. Siempre se construye una narrativa alrededor del cine antiguo, sea a través de otra gente o por uno mismo, lo que genera sesgos a la hora de ver una película, no es igual ir a ver una película con increíble crítica que una sin crítica alguna, y esto va a influenciar nuestra opinión consciente o inconscientemente.
Esto puede llevar a una situación, que es el respeto que se le tiene al cine antiguo, que está ligado a esa narrativa construida y no a una opinión personal, pero por deseo o miedo, inconsciente mayormente, estamos dispuestos a perdonar “fallos” a películas más antiguas.
La sobre importancia del contexto
En relación a lo antiguo, un problema más mío cuando se crítica cine es el uso del contexto para perdonar errores y no para ensalzar la película. Hay que entender por qué la película es como es, pero la vemos a día de hoy, y eso también debe de ser un factor, no deberíamos ver una película muda como si no supiesemos que el cine sonoro existe, comprendemos el contexto del cine mudo, pero vemos si esa película concreta ha sido capaz de resistir al tiempo por otros motivos.
Conclusión
Probablemente la pregunta más importante que se puede hacer es ¿qué es buen cine?, y cada respuesta variará por persona, y todas son igual de respetables. Hay gente que ve el cine como una forma de entretenimiento y considerarán el mejor cine el más entretenido, hay quién lo entiende como una forma de transmitir ideas y otros como una expresión técnica.
Estoy de acuerdo con la frase en un sentido técnico, el cine de antes era distinto al actual, pero en el tema cualitativo es complicado entrar, una de las grandes críticas al cine moderno es su énfasis en el entretenimiento, pero a día de hoy es cuando se hace más cine artístico por la facilidad de hacer películas, lo que sucede es que hay menos difusión para esas películas, y esa “criba del tiempo” todavía no ha actuado.
Es un tema complejo, y aunque a mí me guste más el “cine de antes” defiendo los argumentos en contra de este enunciado porque reduce la importancia del cine y no ayuda a la supervivencia de un arte que está en un momento difícil, y que si es atacado por sus defensores por un aspecto menor le va a ser difícil sobrevivir.