Me gusta ver teatro, pero casi nunca repito obra. Así como todos hemos repetido conciertos, esto no me pasa en teatro ni en películas.
El pasado 29 de noviembre una amiga me invitó a ver una obra de teatro que venía a Bilbao desde Barcelona.
Sala La Fundición en Deusto. La protagonizan dos amigos suyos, Ángela Palacios y Carlos Martín-Peñasco, que conoció 10 años antes estudiando teatro en la ciudad condal.
«Solo creo en el fuego» una obra que aborda las autobiografías de dos grandes escritores de la historia de la Literatura, Henry Miller y Anaïs Nin. Cuenta el choque de trenes que fueron sus vidas al encontrarse en la Boheme parisina. Vidas intensas de artistas que nos reflejan las de muchos que nos consideramos intensos de la vida.
Los actores se meten hasta el infinito en estos personajes. A intervalos los sueltan para dales una mirada crítica y burlesca, una parodia al drama-queen, a tanta necesidad de glamour y vidas al límite, a tanto vivirlo todo hasta el final para sufrir las consecuencias. Una comicidad compasiva con esos personajes ideales tan sobre cargados por las bajas pasiones y tan brillantemente creativos en sus obras, que hacen de la rutina una aparente perdida de tiempo. Me gusta pensar que esto me reconcilia con la culpa por no cumplir los ideales de sacar todo el jugo a la Vida, a cada instante… Larga vida al Rock’n Roll.
Estos locos genios se presentan en los años 20, periodo de entre guerras. Hay libros y películas que relatan las pasiones de tan ilustres personajes. A destacar: Henry y June, publicado por Anais Nin en 1986 y llevado a la pantalla en 1990, con Uma Thurman y Maria de Medeiros.
Henry Miller, el escritor que usaba su pene como un mendigo su gorra
Su obra Trópico de Cáncer estuvo 15 años prohibida en su país natal, USA. Se casa entre otras con June. Una bailarina del music hall de un aura casi sobrenatural. «La mujer más bella de la tierra», dijo de ella Anaïs Nin, futura amante de Miller. Anaïs siguió casada con su primer marido mientras mantuvo una vida paralela con Henry, Antonin Artaud, Otto Rank, Salvador Dalí, Edmund Wilson, Gore Vidal, James Agee y Lawrence Durrell. Anais publicó una colección larguísima de libros autobiográficos llenos de intimidades de familiares y personajes ilustres. Está considerada como una obra maestra del s. XX en muchos aspectos.
Los intensos, ¿nacemos o nos hacemos? Disfrutamos de los capítulos complejos que nos destrozan o disfrutamos más al contarlo una y otra vez. Los artistas tienen la oportunidad de sublimar este gozo perverso a través de sus obras, ya sean escritores, músicos, actores o performers de la vida. Este sufrir se eleva a otro nivel al mostrarlo a los demás con Arte. Permite a otros reflejarse, regocijarse, escucharse, aprenderse, soltarse, reírse o llorar con/de uno mismo.
La fuerza infinita del teatro para sacar las entrañas del Inconsciente.
Y como los intensos nunca nos damos por satisfechos, tuve que volver el pasado sábado 30 de enero a ver de nuevo la obra en Algorta-Getxo, Sala Utopian.
Descubrí, como si fuera la primera vez, que el teatro está tan vivo que no hay dos funciones iguales, como uno nunca se baña dos veces en el mismo río, ni en el mismo mar.
En estos tiempos que nos faltan momentos de explosión, de catarsis, de emocionarnos sin miedo, qué mejor que volver al teatro, aunque sea a ver la misma obra, no serás la misma persona al salir.
Te atreves?