Hace unas semanas me desplacé a la bonita ciudad de Dresde para disfrutar de un agradable fin de semana en buena compañía y con el añadido de asistir a un lindo concierto (en otro caso, no sería este el lugar para comentar las aventuras del Dr. Schreck).
Por quien no la conozca, Dresde es una ciudad del Este de Alemania y que durante la Segunda Guerra Mundial fue devastada por los bombardeos. Lo más impresionante cuando uno llega a Dresde es pensar que todo lo que ves ha sido reconstruido y pensar que todo sea hecho de una manera tan minuciosa que parece que los edificios llevasen allí toda la vida.
Asimismo, la vida social (o debiera decir nocturna) de Dresde es muy reconocida y eso se nota cuando sale a dar una vuelta por allí.
A todo ello hago referencia porque el concierto que iba a presenciar la noche de actos se encuentra en la zona llamada Neustadt (al otro lado del río Elba y de la parte vieja) donde están los bares y clubes más típicos de la ciudad. El lugar donde iba a tener lugar el concierto se llama Groove Station y la banda que nos llevaba allí era TRIGGERFINGER, un grupo belga que puede recordarnos en parte a QOTSA pero que bebe también de otras fuentes de inspiración y que cuidan su presencia escénica con sus trajes impolutos.
Tuve la ocasión de presenciarlos en directo un par de ocasiones, la primera como teloneros de Thin Lizzy y Clutch en Londres y la segunda en nuestro querido ARF. En la primera ocasión eran unos perfectos desconocidos para mi y me dejaron asombrado por su energía y lo entretenidos que me resultaron.
En el Azkena, el Dr. Pretorius y yo no fuimos capaces de presenciar todo su concierto al ser el último de la noche tras todo el cansancio acumulado pero también nos dejaron una impresión muy positiva.
Así qué, con estos antecedentes, merecía la pena ir a ver un concierto completo del grupo en su propia gira.
Como teloneros en la gira llevaba a unos compatriotas suyos llamados The Rhythm Junks. La base rítmica acompañada por un cantante que ejercía de multinstrumentista a la vez que de showman. Con una música que cruza el country con el blues y algunas pinceladas de rock, la base rítmica hacia su trabajo de manera diligente mientras el cantante centraba la atención del respetable con su gesticulación y sus cambios constante de instrumentos.
A lo largo de su presentación en directo se hacía palpable lo que iba ser un constante durante toda la tarde, un calor terrible que provocaba que sudasen los techos, las paredes y por supuesto todos lo que participábamos el concierto de una manera o de otra.
Tras unos 30-40 minutos, la banda se retiraba dejándonos «calentitos» para TRIGGERFINGER. En ese momento, quería acercarme a comprar algún disco de la banda pero cualquier intento para hacerlo hubiese supuesto abandonar una posición privilegiada para disfrutar del concierto.
Por ello, un poco de paciencia y comenzaba los cabezas de cartel. Nada más empezar pudimos evidenciar que la banda iba sufrir lo mismo que nosotros y sus perfectos trajes rápidamente quedarían empapados en sudor, pero eso no impidió que la banda lo diese todo en el escenario (seguro que necesitaron hidratación extra al terminar).
La banda es un trío clásico (lo que los ingleses denominan «Power Trio») en los que destaca sobre todos el guitarrista Ruben por su carisma así como la pegada del batería. El bajista ocupa un discreto segundo plano desde el fondo del escenario.
Lo que pudo confirmarnos el concierto fue que la banda está en un gran momento de forma y por ello su popularidad actual puede haberse incrementado por su versión del tema de Likke Li «I Follow Rivers». Lo que esta claro es que la banda trabaja muy duro para conseguirlo y que claramente merecen todo tipo de elogios por su actitud y profesionalidad.
El repertorio se vio seguramente acortado por las severas condiciones de calor en las que se desarrolló el concierto y nos privo de ver un par de canciones en directo, pero aún así el concierto fue perfecto y es otra nueva recomendación que dejo desde estas líneas.
Tras el final, pude comprar unos discos de los teloneros que me lleve debidamente autografiados y volver al hotel donde darme una ducha revitalizante tras la sauna a la que fuimos sometidos.
Señores, algo de climatización o unos ventiladores no estarían mal la próxima vez.