Hay un grupo de música que existe pero no existe, convirtiéndose en un quebradero de cabeza para todos aquellos fans que encuentran videos, canciones y dicos de una banda llamada Spinal Tap.
Quizás los Tap sean la viva imagen del “una mentira repetida mil veces se convierte en realidad”.
En 1984 el Heavy Metal estaba en su mejor momento y hubo un cómico que vio un mundo inexplorado en el ámbito cinematográfico y que tenía mucho que ofrecer, sobre todo desde el punto de vista satírico. Este cómico era Rob Reiner, quien con This Is Spïnal Tap debutó como director de cine. El guión aborda el tema sin complejos y ridiculiza a esas estrellas idolatradas que en realidad son niños grandes que se creen dioses.
El documental cuenta la historia de una supuesta banda de música compuesta en realidad por actores como Christopher Guest (Algunos hombres buenos, Noche en el museo…), Michael McKean (Clue, Saturday Night Live) y Harry Shearer (El Show de Truman, Los Simpson, La loca historia de las galaxias…), y con apariciones puntuales de músicos y actores como Paul Shortino (Quiet Riot) y Billy Crystal.
Hay diversos momentos memorables en la película, como el gafe que acompaña a quienes se colocan al frente de la batería: » Nuestro batería explotó tocando en directo; solo quedó de él un glóbulo verde. Hay mucha gente que explota espontáneamente; lo que pasa es que nunca lo dicen en los medios.”
También está la escena en que el guitarrista muestra sus amplificadores que llegan hasta el 11, en lugar de hasta 10 como cualquier amplificador normal y esa guitarra que se compró para no tocarla nunca.
“Up to eleven” (hasta el once) acabaría convirtiéndose en una expresión de la cultura popular para referirse a llevar las cosas más allá del límite, del máximo.
Las interpretaciones son de matrícula de honor, especialmente el trío protagonista. A ratos absurda, a ratos hilarante, es la sátira por excelencia del mundo del rock.
La primera vez que Eddie Van Halen vió la película no entendía porque la gente se reía en el cine mientras pensaba «Todo lo que veo en la película me ha pasado alguna vez» según declaró en el estreno de la película en Los Angeles.
Otra curiosidad sobre Spinal Tap es que su nombre se escribe con diéresis sobre la ‘n’, una parodia a los grupos de heavy metal que utilizan el umlaut o diéresis en sus nombres sin un significado especial: Mötley Crüe, Motörhead, Queensrÿche, Blue Öyster Cult…
Rápidamente se convirtió en una película de culto que cuenta con hordas de fanáticos. Tanto es así, que en la actualidad se encuentra en el puesto número 48 de las 500 mejores películas de todos los tiempos según la revista Empire.
El éxito fue tal, que los propios componentes ficticios de la banda decidieron hacerla real y llegaron a grabar tres discos, frente a los 32 que supuestamente habían grabado según el documental. Y es que, aunque la película es del año 1984, la banda ha seguido sacando discos en la ficción hasta el año 2013.
Pero quizás el punto más relevante de su carrera real sea su aparición en el tributo a Freddie Mercury celebrado en 1992 en Wembley. Allí se dieron cita personalidades y bandas de la talla de Bob Geldof, Guns N, Roses, Metallica, Robert Plant,David Bowie,etc., y los Spinal Tap participaron como un grupo más en el tributo a la difunta estrella del rock.
Es indudable que Spinal Tap dejó huella en el rock, hasta el punto de que una forma de desprestigiar a una banda era decirles que se parecían a Spinal Tap.
Un saludo,
Dr Ichabod.