No os puedo explicar el porqué, pero hay ciertos lugares del mundo que no conozco y a los que inconscientemente, tal vez por tenerlos idealizados, les pongo una banda sonora determinada. Así, por ejemplo, cada vez que pienso en Los Ángeles suena de fondo el primer disco de Van Halen o el Girls, Girls Girls de los Crüe. O cada vez que pienso en New York lo hago al son del Doo Doo Doo Doo (Heartbreaker) y el Shattered de los Stones.
Y cuando pienso en la América profunda, en toda esa extensa franja de terreno que va desde Los Ángeles a New York y que en mi mente está plagada de carreteras con rectas sin fin, bares mugrientos con malla gallinera protegiendo el escenario de los lanzamientos de botellas de rednecks pasados de vueltas y camareras neumáticas sirviendo chupitos de Jack Daniels, en esa América la banda sonora la componen temas de Creedence Clearwater Revival, Allman Brothers, Lynyrd Skynyrd, The Byrds, Neil Young o Bob Seger.
Esta asociación mental para mi tiene toda la lógica del mundo, está en mi imaginario interno, no sé si es lógica realmente o no, pero es así. Y a todas estas bandas que he nombrado en la última tanda hay una nueva que añadir: The Sheepdogs.
Porque estos canadienses crean canciones que, tal y como hacen las de su compatriota más ilustre en términos musicales, Neil Young (con permiso de Rush), te transportan a lugares tal vez desconocidos físicamente, pero en los que sabes que encajas, y encajas con su música como telón de fondo.
Hacía años que no veía a una banda que practicase un rock americano (ojo, no confundir con country-rock de Nashville y alrededores) con tan buen saber hacer. Si bien en el ARF’13 protagonizaron una de las mayores sorpresas con un show muy elegante pero más blandito, lo que pudimos ver en la sala Azkena de Bilbao (por gentileza de Last Tour International), que registró un “sold out” para la ocasión, rayó por momentos el hard rock, pero sin perder en ningún momento la elegancia inherente a su estilo.
Habrá que seguirles la pista, sobre todo teniendo en cuenta que con cada nuevo disco publicado han ido superando al anterior!
Por último, mencionar que los más que dignos teloneros fueron los gallegos The Soul Jacket. Muy recomendables. Habrá que preparar en breve un artículo sobre ellos.
Keep on Rockin’!
Dr. Pretorius