El pasado 23 de septiembre se llevó a cabo un estreno simultáneo en cines de todo el planeta de Havana Moon, el concierto-documental que han lanzado los Rolling Stones con motivo del multitudinario concierto que ofrecieron en La Habana el pasado mes de marzo.
Como me sucede siempre que hablo de los Stones, me es totalmente imposible ser objetivo. Pero si además introducimos en la mezcla a La Habana, ciudad por la que siento una debilidad especial, ya os adelanto que la objetividad de este artículo va a brillar por su ausencia, al contrario de lo que va a suceder con la pasión de mis palabras.
Relatemos primero los antecedentes. Los Stones habían realizado un exitoso tour por todo Latinoamérica, el Olé Tour, al que decidieron poner un broche de oro con un multitudinario concierto gratuito en la capital de Cuba.
Tal y como relatan los propios músicos durante el metraje, la perla caribeña se ha abierto políticamente al mundo en los últimos años, destacando el acercamiento que ha tenido a los Estados Unidos gracias a la administración Obama, por lo que decidieron celebrarlo ofreciendo al pueblo cubano el mayor espectáculo que se puede ver sobre la faz de la tierra, un concierto de los Stones!!
He de admitir que me he puesto muy cachondo viendo en una pantalla de cine imágenes de Keith Richards entrelazadas con los murales del Ché de La Habana Vieja o el gigantesco retrato de Camilo Cienfuegos de la Plaza de la Revolución, pero hay que destacar, sobre todo, las caras de alegría, felicidad y asombro del público que acudió aquella noche al concierto. No olvidéis que la música se encuentra grabada a fuego en el ADN de todos los cubanos, para ellos la música forma parte de su vida, y los Stones son la banda de rock más importante de la historia. Con eso está todo dicho.
A nivel musical, si quieres disfrutar de un concierto completo de los Stones actuales, te recomendaría que visionases Sweet Summer Sun, el vídeo que recoge lo mejor de los dos conciertos que ofrecieron los Stones en el Hyde Park londinense del 6 y el 13 de julio de 2013 y cuya crónica puedes leer en dos partes aquí (1ª) y aquí (2ª).
Pero si lo que quieres es, además de disfrutar de la experiencia Stones en directo, apreciar unas pequeñas pinceladas de cómo una banda de rock pone su granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor, te recomiendo encarecidamente el visionado de Havana Moon.
A nivel musical no hay nada extremadamente nuevo. Tal vez Out Of Control, del Voodoo Lounge, sea lo menos habitual de un set-list plagado de clásicos. Personalmente disfruté mucho con la interpretación de Midnight Rambler, donde Mick Jagger consigue sacar a Keith Richards de quicio alargando en exceso su intercambio de cánticos con el público. Y cuando Keith ya está de mala leche, va el bueno de Charlie Watts y alarga una de las partes adrede cuando tiene a Keith frente a él mientras se descojona de lo lindo!!! Pero Keith es incapaz de enfadarse con Charlie.
Quiero mencionar también que no todas las canciones que tocaron aquella noche aparecen en la película. Os hablo de memoria, pero creo recordar que del set-list desaparecieron Tumblin’ Dice, All Down The Line, Before They Make Me Run, Miss You y Start Me Up. Supongo que hayan quitado las canciones que tengan algún fallo a nivel musical para incluir las imágenes documentales dentro de un metraje de 120 minutos de duración apto para su emisión en los cines.
Tal vez estemos, además, ante una nueva forma de entretenimiento. La posibilidad de ver un concierto, o gran parte de él, sentado tranquilamente en la butaca de un cine, con una calidad de sonido espectacular –aunque un volumen extremadamente bajo, al menos en el cine donde yo la vi- es realmente un lujo al alcance de casi todos los bolsillos.
Como ya he dicho, más que un concierto, Havana Moon nos muestra una vivencia que te hace sentir que verdaderamente el rock puede ayudar a hacer del mundo un lugar un poco mejor.
Keep on Rockin’!
Dr. Pretorius