LOS VIEJOS ROCKEROS (y la nueva sangre que viene)
Desde hace tiempo tenia pendiente el preparar un articulo para dar cuenta de un concierto al que tuve la fortuna de asistir de un grupo que, desde hace no mucho tiempo, ya ha dejado de existir.
La verdad es que el motivo de que no haya quedado aparcado entre los que no recibirán una crónica por mi parte se debe a la gran influencia que tuvo el Dr. Pretorius en que yo fuese a este concierto.
Es curioso que las dos bandas que tocaron en ese día solo tenían un disco publicado bajo su nombre. Lo curioso es que la banda principal tenia entre sus filas a una leyenda del Rock como es el señor Glenn Hughes. Pero vamos a retomar el hilo y explicar como fue y donde se desarrollo este magno evento.
A finales de Noviembre, un sábado cualquiera me desplace a Varsovia y que mejor manera que en tren y de ese modo evitar aparcamiento, la paliza del viaje y la ventaja que siempre se menciona respecto la tren: el puerta a puerta.
Así que una vez depositadas las cosas en el hotel y tras un poco de descanso tras la dura semana de trabajo, llegaba el momento de trasladarse hasta la sala.
En esta ocasión se trataba de la sala Progresja, pero en su nueva ubicación (aunque ya hace un tiempo que se trasladaron allí, sobre la antigua sala ya tuve ocasión de comentar acerca de ella en la primera vez que estuve en el festival Days Of The Ceremony).
La sala esta perfectamente comunicada por medio del transporte publico y dispone de una sala pequeña para unas 400 personas y una sala de grandes dimensiones con capacidad para cerca de 2000 personas, que fue en la que se desarrollo el concierto esta vez.
Una vez dentro, observe que el aforo que presentaba vaticinaba que la sala esa noche no llegaría a completar ni a la mitad de su aforo.
Como comienzo de la noche y haciendo las funciones de tesonero se presentaba un grupo austriaco del que no había oído hablar con anterioridad y que me dejo extasiado. Mother’s Cake es su nombre y la mezcla que realizaban en la que el rock se fusionaba con el funk y con música extremadamente técnica nos dejo gratamente sorprendidos.
Para situarlos dentro del espectro musical tal vez podríamos citar como influencia de Mother’s Cake los dejes que tienen a RHCP (en la época en la que despuntaron, no la de la actualidad). El caso es que el grupo debe tener algo para quedar segundos en el concurso “Local Heroes 2010 Band Contest”. Sabiendo como funciona el tema de los concursos y programas en España, eso seria suficiente para desconfiar. Pero en Europa parece que tienen aprecio y valoran a grupos con calidad y algunas de las pantomimas que se sufren en España.
Dejando descansar ya a los teloneros tras una treinta y tantos minutos de actuación, me acerque a su stand a comprar su disco y de nuevo a tomar posiciones para el grupo principal.
La sola presencia de Glenn Hughes en la formación de California Breed fue seguramente lo que nos motivo a la mayoría de los presentes a asistir al concierto. Es probable que mas de uno esperase ver también a otra leyenda (aunque en este caso especialmente por su apellido) como Jason Bonham (creo que sobran las introducciones) pero unas fechas antes de iniciarse la gira se conoció que Jason no participaría en la gira. Su sustituto fue un batería de mucha categoría como Joey Castillo (Danzig, QOTSA) y así lo demostró en el concierto pero todo esto avanzaba lo que las noticias y chismorreos nos confirmarían mas tarde.
Junto a ellos, y completando la formación, se encontraba Andrew Watt, un guitarrista jovencísimo que habían presentado a Glenn Hughes y con el que dieron forma a la música de California Breed.
La base del concierto fue el disco homónimo del grupo que creo que tocaron en su totalidad y al cual añadieron un par de canciones de alguna de las multiples bandas en las que participó Glenn con anterioridad (Medussa de Trapeze y Burn de Deep Purple).
El concierto fue fantástico con un derroche de voz por parte de Glenn Hughes así como el apoyo de Andrew con mayor o menor participación (dependiendo del tema). Es impresionante observar la energía y el dinamismo de un tío con prácticamente 65 años que demuestra que los viejos rockeros saben mantener de manera muy digna (en algunos casos) sus galones y por ello, siguen despertando el interés aunque inicien un proyecto completamente nuevo.
El cierre del concierto con Burn fue apoteósico pero nos dejo, tras 70 minutos, con las ganas de haber escuchado alguna tema mas de la carrera del Sr. Hughes para redondear esa noche. Un buen concierto pero que, como mas tarde publicaron los medios al comenzar el 2015, no tendrá continuidad por que los miembros de la banda ha decidido continuar sus caminos por separado.
Termino agradeciendo a Dr. Pretorius la motivación extra que me insufló para ir a ver a ese animal del directo que es y siempre será el Señor Glenn Hughes y que me permito ver que hay esperanza en los jóvenes que vienen pisando fuerte.