Desde las 18.00h hubo en el hall del Palacio de los Deportes una exposición, sin venta al público, de baterías e instrumentos de percusión, fundamentalmente a cargo de la distribuidora de Mainl en España y de diversas tiendas, como Musical Ochagavía. Y a las 21.00h dio comienzo la exhibición. En este espectáculo cada batería dispone de 15 ó 20 minutos en los que nos demuestran de lo que son capaces, tocando sobre canciones o ejecutando solos de batería. La gala fue presentada, como no, por el inimitable Dom Famularo, quien estuvo bien acompañado por Pilar Rubio. Sobre el escenario se dispusieron más de 10 kits de batería, y todos los que tocaron en las master class de la mañana repitieron por la noche, con un show muy parecido a nivel musical, pero menos didáctico. Al fin y al cabo, si las master class están orientadas a bateristas o músicos en general, el show de la noche está pensado para el disfrute de cualquier persona que sea simplemente aficionada a la música. El espectáculo dio comienzo con Milos Meier. Este batería checo, que no tocó por la mañana, nos sorprendió con su gran técnica, con fills constantes, y un efectivo juego de pregunta – respuesta con la caja y el doble bombo. A partir de aquí, todo se desarrolló, como he dicho, de manera muy similar a la mañana. Lástima que tuve que ausentarme del show de nuevo durante la exhibición de Chris Coleman, pero viendo los vídeos de youtube, y habiendo vivido ediciones anteriores de este festival, supongo que me perdí un gran show final en el que todos los baterías sobre el escenario, sobre un ritmo de 4/4, improvisan a turnos, para finalmente regalarnos una gran versión de Santana.
El broche final al festival lo puso un concierto de Sôber, que por lo que cuentan las crónicas, debieron triunfar por todo lo alto en Logroño, tal y como vienen haciendo a lo largo de toda la gira de presentación de su último LP, «Superbia».
Un saludo del Dr. Pretorius.