En esta época del año que acabamos de pasar han abundado las listas de los mejores discos del año, los mejores directos, etc., pero como ni me he escuchado todos los discos ni he ido a todos los conciertos celebrados este pasado año, voy a centrarme en hacer un evento que ocurrió hace más de 6 años, cuando esta web todavía no existía, y en el que fueron parte esencial dos figuras que nos han dejado a lo largo de 2016, Greg Lake y Keith Emerson, de Emerson, Lake & Palmer.
El evento en cuestión es el High Voltage Festival 2010, primera edición de las dos que hubo de este maravilloso festival que tuvo lugar en el céntrico Victoria Park londinense. Se trataba de un festival con 3 escenarios. Uno, el principal, dedicado al classic rock, y dos más pequeños, uno dedicado al rock progresivo y otro para los sonidos más heavies.
El primer día del festival dio comienzo para nosotros con el primer grupo que nos encontramos en el Metal Hammer Stage, Black Spiders, banda británica que no se han prodigado prácticamente nada por España –creo recordar que vinieron hace unos años de gira como teloneros de Airbourne- pero que tienen varios discos de rock duro verdaderamente adictivos. Probad a escuchar “Cinco Hombres (Diez Cojones)” o “Savage Land”.
A continuación nos acercamos a ver a mis adorados The Answer al escenario principal. Por aquel entonces estaban presentando su segundo LP, “Everyday Demons”, que a mí me migue pareciendo su mejor obra, aunque he de admitir que aquel no fue el mejor show que les he visto. Esta banda gana mucho en las distancias cortas, no hay más que recordar su reciente show en Madrid junto a Dead Daisies para darse cuenta de ello.
De allí nos fuimos al Prog Stage a ver a Bigelf, que dieron un auténtico recital de prog, psicodelia y actitud rock bien entendida, con un Damon Fox absolutamente pletórico.
Acto seguido mi buen amigo el Dr. Schreck me llevó a ver a su adorado Lee Dorrian al frente de Cathedral, que me apabullaron en el Metal Hammer Stage. Si es que no hay nada como los consejos del Dr. Schreck en cuanto a los sonidos más duros!
En este punto cabe hacer mención al cartel del festival. Con 3 escenarios con solapes constantes, hoy en día me doy de cabezazos en la pared por no haber ido a ver, por ejemplo, a Gary Moore pocos meses antes de fallecer –contaron las crónicas de la época que dio un recital sublime- o a Foreigner, a los que apenas vimos un poco a lo lejos entre concierto y concierto.
Tras la breve visita a Foreigner, nos acercamos a ver a Saxon al escenario de heavy y luego fuimos al Prog Stage a ver a Asia, con los que aparecería Carl Palmer por primera vez en el festival, y que ofrecieron un elegante show.
Y de ahí a coger sitio en el Main Stage para ver uno de los shows más emotivos que he presenciado nunca, el concierto de homenaje a Ronnie James Dio. Heaven And Hell eran unos de los cabezas de cartel del festival, pero cuando falleció Dio y cancelaron toda la gira que estaba programada, mantuvieron la fecha del High Voltage para hacer un show de homenaje. Recuerdo que había rumores de una posible aparición de Ritchie Blackmore, pero finalmente el concierto vino a ser un show de Heaven And Hell, es decir, de los Black Sabbath era Dio, con Glenn Hughes y Jorn Lande a las voces, con cameos de amigos como Phil Anselmo y con un emotivo discurso de la viuda de Ronnie.
De aquí de nuevo a recibir un pildorazo de heavy, en esta ocasión de la mano de Black Label Society, y luego al prog para ver a Transatlantic, que comandados por Mike Portnoy ofrecieron uno de los mejores conciertos de rock progresivo que he visto en mucho tiempo.
Tras acercarnos de nuevo hacia el escenario principal para ver a ZZ-Top y su siempre cachondo show plagado de clásicos, dimos por finalizado un primer día de festival de escándalo.
El segundo día comenzó con los Quireboys en el escenario principal. Recuerdo que aquélla fue la primera vez de las muchas que he acabado viéndoles en los últimos 6 años y caí rendido a sus pies desde la primera nota. El mundo del rock ya no tiene a los Faces, pero tiene a los Quireboys. Ya los echaremos de menos cuando no estén, ya.
Seguidamente se subieron UFO al mismo escenario, protagonizando el gran fiasco de aquella edición del festival, fundamentalmente debido a los problemas de Vinnie Moore con su amplificador, que básicamente funcionaba cuando quería, y no quiso mucho aquella tarde. Una pena no haber podido disfrutar en aquella ocasión de los clásicos de esta pedazo de banda como es debido.
De allí saltamos al escenario de metal para ver a High On Fire y sus pelotazos vuelacabezas, que me dejaron perfectamente preparado para el siguiente show.
Acto seguido nos acercamos al escenario prog para ver un show simplemente perfecto. Uriah Heep desgranando entero el Demons and Wizards, una de las obras cumbres de la historia del rock, con ni más ni menos que Micky Moody (Whitesnake) a la guitarra slide. Sublime es un adjetivo que se queda corto para lo allí vivido.
De nuevo, una vez más, vuelta al escenario metal hammer , esta vez para ver a Opeth, que por aquel entonces estaban en plena transformación de banda de metal con voces guturales a banda de rock progresivo. No los conocía cuando les vi y me dejaron totalmente descolocado en el buen sentido de la palabra. Una de las bandas más versátiles de los últimos tiempos, sin duda.
Y a continuación se dio una circunstancia que el Dr. Schreck y yo solemos recordar a menudo. Me acerqué al Prog Stage a ver a Marillion, nunca mejor dicho, porque veía a Marillion pero escuchaba a Down! No aguanté mucho así, por lo que finalmente opté por girar mi cabeza 180 grados y disfrutar del show de los Down de Phil Anselmo, que he de reconocer que no es santo de mi devoción, pero su grupo suena de narices.
Y para terminar un intenso fin de semana, mientras desaparecía el sol en el horizonte londinense, nos acercamos de nuevo al escenario principal para presenciar el que, a la postre, sería el último concierto que dieran Emerson, Lake & Palmer, un concierto que tengo en dvd en mi casa y que emociona sólo de verlo y de pensar que jamás se volverá a repetir algo así. Las delicadas melodías de Greg Lake y la genial grandiosidad de Keith Emerson no volverán a ser disfrutadas en directo, pero su legado siempre estará ahí, y aquel concierto en Victoria Park en julio de 2010 fue el epitafio perfecto para su obra.
Ahora sólo nos queda disfrutar, si el bolsillo nos lo permite, del heredero natural de aquel maravilloso High Voltage Festival: el Ramblin’ Man Fair. Si podéis, id. No os arrepentiréis.
Keep on Rockin’!
Dr. Pretorius