Queridos frankenheads, muchos de vosotros os preguntaréis, ¿quién es Gram Parsons? Pues ni más ni menos que el inventor del estilo ahora conocido como “americana”, pero que él definió como “country cósmico”. Y qué razón me lleva a afirmar la frase que titula este artículo? Pues que la esencia de la música de este hombre impregna cada surco del que muchos consideran el mejor álbum de la historia del rock, el “Exile on Main Street” de los Rolling Stones.
Para los que conozcáis un poco la discografía de los Stones, sabréis que desde finales de los sesenta se comenzaron a colar algunas composiciones de aire country en su repertorio: “Let It Bleed”, “Dead Flowers”, “Wild Horses”… Ello fue debido fundamentalmente a la profunda influencia de Gram Parsons en su gran amigo y alma gemela, Keith Richards.
A finales de los sesenta Gram era un joven músico de country que, tras su paso por la “International Submarine Band” acabó formando parte de la que, en aquel momento, era la banda más importante de América, los Byrds. Y lejos de amilanarse al entrar en tamaño grupazo y someterse a los dictámenes de su líder, Roger McGuinn, se erigió en adalid del grupo llevando sus composiciones anteriormente pop a terrenos mucho más country en un maravillo disco titulado “Sweetheart Of The Rodeo”, del que os recomiendo encarecidamente la edición especial aparecida hace unos años en la que muchas de las composiciones están cantadas por el propio Gram. Finalmente, en la edición publicada en su día, optaron por reducir drásticamente el protagonismo del chico nuevo en la banda. No era plan de que el nuevo se llevase toda la gloria.
Viendo el percal, el bueno de Gram decidió fundar su propia banda, los seminales Flying Burrito Brothers, con los que grabaría, una vez más, dos joyas como son “The Gilded Palace Of Sin” y “Burrito Deluxe”. Como curiosidad, decir que este último elepé lo cierra “Wild Horses”, composición de Jagger/Richars que apareció aquí un par de años antes que en el “Sticky Fingers” de los Stones.
Viendo que los Burritos no daban más de sí, decidió establecerse como artista en solitario. Para ello contó con una por entonces desconocida Emmilou Harris para acompañarle en las tareas vocales, y con la TCB Band (Takin’ Care of Business Band, la banda de directo de Elvis Presley, ni más ni menos) para el resto de instrumentos. De este proyecto salieron dos discos absolutamente imprescindibles, “GP” y “Grievous Angel”, publicándose este último 4 meses después de la muerte de Gram por sobredosis en 1973.
http://www.youtube.com/watch?v=fHuv089_zeY
Y ahora, después de escuchar el legado musical de Gram Parsons, escuchad con calma el “Exile on Main Street” de sus satánicas majestades, y si os digo que Gram Parsons estuvo en Villa Nellcôte durante la grabación del mismo comprenderéis todo. Canciones como “Sweet Virginia” o “Loving Cup” son 100% Parsons, amigos.
Gram Parsons nunca disfrutó de las mieles del éxito en vida, y aún hoy día se le puede considerar un artista relativamente underground, pero está claro que es una referencia ineludible para miles de amantes del country, el rock y la música en general. La pena es que Gram no forma parte del mediático “club de los 27” por apenas un par de meses, ya que falleció a los 26 años. Tal vez esa macabra ironía le hubiese aportado algo de la fama que sin duda, gracias a su música, merecería.
Keep on Rockin’!
Dr. Pretorius
P.D.: si me dijesen que sólo puedo escuchar una canción durante el resto de mi vida, posiblemente sería la versión de «Love Hurts» que aparece en «Grievous Angel»