(Si aún no ha visto Vengadores: Infinity War… ¡¿a qué demonios está esperando para ir a verla?!… y ¿¡qué diantres hace leyendo este texto plagado de destripamientos?!)
Diez años ha, mi querido amigo Igor, que dio comienzo el Universo Cinematográfico Marvel.
Y, hoy, con un simple chasquido de dedos, parece haber llegado a su fin.
Pero lo que parece, y lo que es, ni son, ni parecen lo mismo. ¡Ya lo verás!
El villano más formidable habido hasta la fecha; la otrora sombra de una lejana amenaza; irrumpió en el acontecer de Los Héroes Más Poderosos de la Tierra para llevar a cabo una misión tan audaz como ominosa. Se trata de una temible efigie de poder y determinación; de una voluntad tan inquebrantable como inexorable: ¡THANOS!
Y ha destruido todo aquello que se ha construido durante estos 10 años.
Si creías que Loki y la invasión Chitauri habían sido un desafío… o que Ultrón y su estirpe robótica habían supuesto una verdadera amenaza… habrás quedado tan atónito como yo ante la hecatombe de proporciones cósmicas que ha supuesto Thanos.
Ni el inspirador liderazgo del Capi, ni los descomunales egos de Iron Man y el Doctor Extraño, ni las hilarantes chanzas de los Guardianes de la Galaxia, ni el innumerable elenco de héroes dispuestos a luchar hacen sombra al auténtico protagonista de esta epopeya galáctica.
Su origen es tan titánico como su propósito, pues no en vano era restaurar el «Equilibrio«. Mas no precisó de poderes Jedi ni sables láser para ello. Se valió de las primordiales Gemas del Infinito para, con un poder omnímodo, aniquilar de un plumazo a la mitad de los seres vivos… del Universo.
¿Que por qué? Porque, como decía el Agente Smith en Mátrix, somos un virus, una plaga que se extiende, consume y devasta todo a su paso; hasta que ya no quede más que consumir y consumamos nuestra propia extinción.
Thanos es, a su modo de ver, un héroe legendario que; frente a la adversidad de tener a todos en su contra, a pesar de tener razón; ha tenido el coraje y la determinación de sacrificarlo todo, salvo a sí mismo, para salvarnos a pesar de nosotros mismos. ¡Ha salvado, de hecho, a todo el Universo! Thanos es un incomprendido. Como yo.
¡Me siento tan identificado en su grandeza y frustración! ¡Debería pedirle prestadas un puñado de esas gemas! ¡Me facilitarían mucho mi trabajo de devolver la vida a los muertos! Aunque creo que no lo vería con buenos ojos, pues iría exactamente en contra de lo que ha hecho él. ¡Hum! ¡Que grandes antagonistas somos!
Sea como fuere, éste no es el final. Tampoco es el principio del final. Ni el final del principio. Sino el principio del final del principio.
Todo ha sido profetizado por el mayor Ego del cosmos. ¡No, Igor, Kurt Russell no! ¡A ese lo mató Starlord en Guardianes de la Galaxia Vol. 2! Me refiero al que ha hecho de Sherlock Holmes. ¡No, Igor, Robert Downey Jr. tampoco! No me refería a ese Sherlock. Aunque comprendo perfectamente tu confusión, me refiero a ¡el otro Sherlock!
El Doctor Extraño, antes de desvanecerse en una efímera polvareda de cenizas, dijo que lo que estaba pasando era necesario. Así pues, para evitar ese funesto final ¿¡debían abocarse a él!? ¿Paradójico, no? Como todo lo relacionado con el Doctor Extraño. Pero con las Gemas del Infinito todo es posible: hacer, rehacer, deshacer…
Parece que la catástrofe, la pérdida, el dolor, la desesperación y la derrota son las piedras que jalonan el camino hacia la victoria y la salvación. Pero, en los tiempos más oscuros, se precisa de una chispa que prenda la llama de la esperanza, y no dé por perdido aquello que puede ser restaurado.
Y esa chispa de esperanza parece llamarse Capitana Marvel.
Nick Furia activó la «Batseñal» justo antes de desaparecer. Ya veremos cuál es el papel que interpreta nuestra heroína en las historias que están por venir. Tanto en la suya como en la de Los Vengadores que culminará esta saga y que, entonces sí, será el «final del principio«.
Mas no dé por sentado que se vislumbra luz al final del túnel. El camino se augura angosto, oscuro, tortuoso, encrespado y, a buen seguro, se cobrará no pocos sacrificios.
Pocas veces estuve tan tenso siendo testigo de una historia en la que los visos de humor iban desvaneciéndose, cuanto más se acercaba el final, y daban paso a una creciente épica clásica, cuajada de drama y desolación.
Será entonces cuando Los Vengadores originales brillen con luz propia. Y rubricarán con sangre la increíble venganza que dará sentido a su nombre.
¡¡¡VENGADORES, REUNÍOS!!!