Hace un par de años escribí la primera parte de este artículo, donde trataba de resumir tres discos relativamente recientes de bandas desconocidas para el público no iniciado, pero a los que acudo con mucha frecuencia y que me parecen de una calidad excepcional. En el artículo de hoy voy a presentaros otros pocos discos con las mismas características. Espero que os sirva para descubrirlos y disfrutarlos tanto como yo!
THE BREW – A MILLION DEAD STARS (JAZZHAUS RECORDS, 2010)
Imaginaos que Jimi Hendrix, Jimmy Page y John Bonham hubiesen tenido unos hijos músicos y que hubiesen formado una banda de rock. Seguramente habrían sacado un disco parecido a lo que nos encontramos aquí. Me atrevería a decir que cuando publicaron este fantástico «A Million Dead Stars», The Brew (también conocidos en algunos momentos de su carrera como The Brew UK porque debía haber otra banda con el mismo nombre) se encontraban en la misma liga que The Answer o Rival Sons.
En este disco domina ese sonido hueco que sólo se puede conseguir con la pastilla de graves de una Stratocaster, tan característico de guitarristas como Jimi Hendrix o Stevie Ray Vaughan, escupiendo riffs incendiarios en estupendas canciones que te evocan a los grandes clásicos de finales de los 60’ y principios de los 70’, fundamentalmente la Experience de Hendrix y Led Zeppelin. Así, por ejemplo, temazos como Every Gig Has a Neighbour o Change In The Air son puro Hendrix, Surrender It All recuerda mucho al Good Times Bad Times de Zeppelin (los licks de batería son 100% Bonzo Bonham), el interludio instrumental A Smile To Lift The Doubt rememora esos solos con arco de violín y toneladas de delay que se marcaba Jimmy Page en directo cuando Led Zeppelin tocaban Dazed And Confused, pero en este caso usando la progresión de acordes del White Room de Cream, y Monkey Train o Mav The Rave tienen ese toque acústico que evoca al III de los Zeppelin.
En directo en la época en la que editaron este disco eran unas auténticas bestias pardas. Ver a unos jovencísimos Jason Barwick (voz y guitarra) y Kurtis Smith (batería) dominando el escenario y el show era un espectáculo. Y en aquella época giraron mucho por España, por lo que es posible que los vieses en algún bolo.
Posteriormente han seguido editando buenos discos, y sus directos siguen siendo muy intensos y recomendables, pero se han ido alejando progresivamente de la línea sesentera y setentera que marcaron con A Million Dead Stars y con su siguiente obra, el fantástico The Third Floor (2011), adentrándose en sonoridades más noventeras, que a mi personalmente me resultan bastante menos atractivas. Y es que tratar de repetir la perfección de este plástico debe ser realmente complicado.
Para este pasado 2020 tenían previsto hacer una gira de X aniversario de este disco, pero la pandemia ha obligado a cancelar la gira, que está actualmente a medio reubicar, pero aún sin fechas previstas en España.
THE DIRTY YORK – SAY GOODBYE TO DYAMONDS (2010)
THE DIRTY YORK – FEED THE FICTION (2012)
No me he atrevido a escoger entre estos dos discazos de los australianos The Dirty York. A principios de la pasada década estos muchachos nos visitaron por estos lares en al menos un par de giras (que yo recuerde) presentando estas dos joyas y demostrando que su directo era tan bueno como su producción en estudio. Sus canciones nos recuerdan irremediablemente a cualquier banda de esas que facturan rock de herencia blues con tintes sureños y souleros, desde los Black Crowes (los primeros que se te van a venir a la cabeza cuando los escuches) hasta los Faces, los Stones de la época de Mick Taylor o Humble Pie, por poner unos ejemplos sencillos.
Ambos discos están repletos de canciones realmente adictivas, prácticamente todas son singles en potencia pero con una coherencia total al escucharlas del tirón. Tal vez Feed The Fiction sea un disco más redondo, más pulido, con una producción más trabajada, mientras que Say Goodbye To Diamonds es más crudo y espontáneo, pero ambos son trabajos realmente de un nivel que ya quisieran mostrar muchas bandas clásicas, y con canciones por las que algunos darían un brazo.
Tras editar estos dos discos (previamente tenían un disco llamado Waiting On St George, publicado en 2009) se debieron disolver porque no se volvió a saber de ellos. Una pena, porque bandas de las antípodas como ellos o My Dynamite fueron de lo mejorcito que se escuchó en aquella época.
Keep on Rockin’!
Dr. Pretorius