¡Hola! El verano ya pasó, vuelve la rutina diaria y, con ella, las diatribas del Dr. Moreau…
«Este ha sido, por diversas circunstancias, un verano atípico para mí. Pocos o ningún concierto que llevarme a la oreja, amén de otros asuntos que me han mantenido un poco desconectado, hacen que hoy esté aquí para hablaros de un par de hechos o tres acontecidos estas semanas atrás que me han hecho llegar a la conclusión de que el romanticismo ha muerto y me han hecho parafrasear a Fortu y sus huestes para ponerle título a este escrito.
El primero de estos hechos ocurrió en la segunda quincena de julio. Uno de esos días de finales del séptimo mes, me encontré con que el único miembro aún vivo de Triana, el guitarrista Eduardo Rodríguez Rodway, había incendiado las redes sociales e internet en general al hacer unas declaraciones bastante ácidas contra unos presuntos «nuevos Triana». Al parecer, hay un grupo que está usando el mítico nombre del combo de rock progresivo andaluz por antonomasia, debido a que en su día se juntaron con el difunto JJ Palacios «Tele» (batería) y éste rompió un pacto que había entre los tres miembros originales, según el cual, el nombre dejaría de usarse en caso de que alguno de ellos, por cualquier circunstancia, dejase de estar en la banda. Los Triana de nuevo cuño tampoco se quedaron cortos en su respuesta, y argumentaron que, legalmente, todo está en regla y que las viudas de Jesús De la Rosa y Tele (a las que imagino como propietarias de los derechos del repertorio) reciben lo que les corresponde en concepto de royalties y demás.
En resumen, que Triana vuelve a existir, vuelve a salir de gira, vuelven a sonar sus temas (incluso existe la posibilidad de un nuevo disco)… pero sin que ninguno de los que lo fundaron en su día esté en el grupo.
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El segundo hecho que quería comentar aquí es que, a principios de agosto, descubrí un videoclip de Blackfoot en el cual, para mi sorpresa, no aparece ninguno de los miembros originales. Sólo Rick Medlocke aparece al final, como artista invitado.
Tras investigar un poco y hablar con el Oráculo (un buen amigo mío y de mi compañero el Dr. Pretorius), supe que este nuevo y joven line-up está amparado y cuenta con el beneplácito de Mr. Medlocke, propietario de la marca Blackfoot; que los tiene rulando por ahí desde que el resto de los miembros originales dejaron la banda. Mientras, él sigue trabajando en Lynyrd Skynyrd y de vez en cuando, se une a esta chavalería para tocar con ellos.
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Y el tercer acontecimiento (por llamarle algo) digno de mención tuvo lugar en el último WOA (Wacken Open Air). Al final del show de Dio Disciples (banda tributo al gran Ronnie formada por músicos que han estado con el Maestro en diferentes etapas), ocurrió esto…
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Se comenta incluso que alguien se ha planteado hacer una gira de esta manera que veis.
Yo soy un romántico empedernido. Soy batería en un mundo en el que mi instrumento es el más fácilmente sustituible, al menos en lo que a grabaciones se refiere. Soy de los que siguen comprando y almacenando libros, DVD’s, vinilos y cd’s en estanterías en vez de datos en un disco duro (que también, pero menos). Así que, como imaginaréis, estoy un poco (o un mucho) anonadado con este tipo de prácticas. En el caso de Triana, todo parece ajustarse a la legalidad; pero pensad esto: si, como me dijo el Oráculo, yo quisiera fundar una banda tributo a los sevillanos y los derechos le llegaran a sus legítimos propietarios, estaría ajustándome a la ley; pero no estaría convirtiéndome en Triana por eso. Lo de Blackfoot, sería el equivalente musical de una franquicia; y en cuanto a lo de Dio, una cosa es una gracieta (de mejor o peor gusto, cada un@ tendrá su opinión) hecha de manera puntual. Pero pensar en hacer una gira en estas condiciones me parece exprimir demasiado las ubres de la vaca. Y anteponer el beneficio económico al respeto a los desaparecidos y a nombres de bandas que tienen un peso específico importante para muchas personas, es una práctica más propia de otro tipo de instituciones y personas que de profesionales vinculados a algo más espiritual y emocionante como es la música, y por extensión, cualquier otro arte. Todo tiene que salir rentable, por supuesto; pero yo soy de los que piensa que no debe ser eso lo único que prime.
Por todo esto es por lo que digo que el romanticismo ha muerto. Bueno, mejor dicho, está muriendo. Porque aún quedamos algunos. Y los que quedamos somos la Resistencia.»
Texto: Dr. Moreau Frankensguitar