«CONCIERTOS A LOS QUE HAY QUE IR»

Hola! De nuevo está aquí el Dr. Moreau con sus diatribas…

“Han pasado ya dos semanas desde que Bruce Springsteen nos honrara de nuevo con su presencia por estos lares. No; no voy a hacer una crónica sobre su concierto en Donostia, en el cual estuve, porque me imagino que durante este tiempo habréis podido leer, si así os ha apetecido, reseñas de sobra sobre cualquiera de los tres conciertos que ha hecho en la península.

Lo que hoy quiero comentar es lo siguiente: como imaginaréis, un macroevento de este calibre genera una cobertura mediática importante y, alrededor de él, se generan innumerables reseñas y debates. Las redes sociales son el lugar ideal para los segundos. En una de ellas he asistido a varios y la verdad es que ha sido interesante, a la par que divertido. Me llamó la atención uno de ellos, entre dos personas que no tengo el gusto de conocer; pero que me hizo pensar que merecía la pena escribir un pequeño artículo sobre el mismo.

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El debate al que me refiero comenzó con la opinión de un participante, que decía que no entendía qué veía la gente en el Boss ya que, según él, cualquier fin de semana hay grupos que le podrían dar sopas con honda (él utilizó un lenguaje pelín más zafio) en cualquier sala y por un precio mucho más asequible; y que era una pena que haya gente que sólo vaya a ver grupos grandes, que son “conciertos a los que hay que ir”, que eso es postureo y que hay mucha desigualdad entre unos grupos y otros. A modo de respuesta, me gustaría exponer lo siguiente:

Lo que la gente ve en el Boss es, primordialmente, actitud. Él sale con la E Street Band a un escenario y montan un show de 3:30 horas sin necesidad de recurrir a pirotecnia, exagerados juegos de luces ni ningún otro artificio. Sólo los músicos, con sus instrumentos, tocando una canción tras otra.

¿Por qué va tanta gente a verlo? Porque Springsteen (o AC/DC, o los Rolling, o Who, o Scorpions) es alguien que lleva más de cuatro décadas de carrera. Eso es mucho tiempo acumulando fans para la causa.

¿Grupos mejores en las salas? Pues hombre, seguro que tod@s tenemos un grupo (o varios, o muchos) del que pensamos que poseen calidad suficiente como para generar más audiencia de la que tienen. Pero seamos serios; cuando una banda tiene poder de convocatoria para llenar un estadio un martes y otra sólo llena una sala tipo Helldorado un sábado, algo hay en una que no tiene la otra, eso es así. Como decía antes, una carrera dilatada genera un mayor número de fans. Démosle tiempo a esos grupos porque, si son buenos de verdad, acabarán saliendo. Y si no es así, quizá es que no lo merezcan, ¿no?

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¿Postureo? Pues sí, siempre hay quien va a ciertos eventos como éste para decir que ha estado y a que se le vea (recuerdo hace algunos años, en el festival de jazz de Vitoria-Gasteiz filas enteras de gente vestida de punta en blanco, fotografiadas por la prensa antes de entrar, que durante el concierto dormitaban como bebés), lo cual es una puñeta para los verdaderos fans, que las pasan putas para conseguir entradas. Aún así, pienso que el porcentaje no es muy elevado; pagar 80 euros o más sólo para figurar… creo que muchas ganas de figurar hay que tener.

Pero el ir a ver cosas minoritarias también tiene su parte de postureo. Hay gente a la que le encanta decir que ha estado viendo a no sé qué grupo en no sé qué sala. Y sí, los habrá visto. Pero luego no ha sido capaz de comprarles su disco. Las bandas underground, noveles o expertas, necesitan que la gente vaya a verles, claro que sí; pero también necesitan apoyo económico. Por eso venden merchandising además de cobrar entrada (cuando la cobran). Esa es otra diferencia con respecto a las bandas grandes: ellos y sus seguidores, al menos los de cierta edad, vienen de un tiempo en el que la única forma de escuchar música era comprarla. Hoy en día, la gente se descarga discos, pelis, etc de internet gratuitamente. Internet ha ayudado a la difusión; pero ha reducido el volumen de ganancias. Y eso dificulta las cosas a las bandas, lo queramos ver o no.

A modo de conclusión, diré que no hay por qué elegir entre los estadios y las salas. Se puede disfrutar en cualquiera de los dos formatos. Lo importante es tanto unos como otras nos sigan proporcionando opciones interesantes para que podamos seguir empapándonos de música.

 

Texto: Dr. Moreau Frankensguitar

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