La música forma parte de la vida de las personas. Cada uno de nosotros, consciente o inconscientemente, asocia determinados momentos o etapas de su vida con ciertas canciones, lo que hace de las mismas algo especial, una especie de gatillo que dispara un mecanismo que nos evoca sensaciones y recuerdos que tenemos en nuestro subconsciente.
Primavera de 1995. Tenía 14 años recién cumplidos. Mis padres me habían regalado hacía poco una minicadena con cd y uno de los primeros discos que entró a formar parte de mi colección fue el recién editado “Crossroad” de Bon Jovi. Recuerdo escuchar hasta la saciedad temas como “Livin’ On A Prayer” o “Always”. También tengo el recuerdo de estar en las fiestas de mi colegio de aquel año con mis amigos mientras dicho disco sonaba de fondo por la recién estrenada megafonía del centro.
Jorge Sánchez
Y es que la música de Bon Jovi ha trascendido más allá de lo meramente musical y pertenece ya al imaginario colectivo. Dudo que haya nadie nacido entre 1970 y 1985 que no conozca, al menos, 8 ó 10 canciones de Bon Jovi.
Iván Román
Y aquí radica una parte del éxito de Band Jovi, la denominada “mejor banda tributo a Bon Jovi de todo el Estado”. Sus conciertos son un éxito porque el público está ávido por escuchar estas canciones. Su audiencia, mayoritariamente, no son consumidores habituales de rock en directo. Suelen ser, más bien, gente de mediana edad que creció con la música de Bon Jovi y que busca desconectar de su rutina diaria durante un par de horas escuchando aquellas canciones con las que crecieron, con las que se dieron su primer beso, con las que salían de fiesta a emborracharse con sus amigos…
Raise Your Hands!
Pero esto sólo no es suficiente. Hace falta algo más. Y ese plus es el hecho de que todos los componentes de Band Jovi son unos musicazos como la copa de un pino!
La columna vertebral de la banda está formada por tres cuartas partes de mis adorados Space Octopus (si alguno de vosotros no habéis oído hablar de esta increíble banda haceos un favor a vosotros mismos y chequeadlos, no os vais a arrepentir).
Dani Vicente tirando de palanca
Jorge (bajista) e Iván (baterista) forman una de las bases rítmicas más compenetradas que he visto nunca encima de un escenario, son auténticos virtuosos de sus respectivos instrumentos y generan un colchón perfecto sobre el que se sustenta la música de Band Jovi.
Laura
Dani (guitarra), el tercer miembro de Space Octopus en Band Jovi, es, al igual que sus compañeros, un guitarrista extraordinario. Y es que alguien que es capaz de compartir tablas con una bestia parda como Dann Hoyos y estar en todo momento a la altura de las circunstancias se merece todos mis respetos a nivel musical.
Kutxo
Igor a los teclados hace una labor increíble. Porque en el sonido de Bon Jovi los teclados juegan un papel fundamental, que puede pasar inadvertido para el público, pero sin sus arreglos perfectamente ejecutados estas canciones no serían lo que son.
Dani y Kutxo
Y qué decir de las voces! En las bandas tributo de grupos con cantantes míticos, el encargado de la voz siempre tiene el papel más delicado. La banda puede sonar cañón, pero como la voz no esté a la altura todo el edificio se viene abajo. Y en Band Jovi la verdad es que Kutxo lo clava! Llega a las notas más altas sin aparente esfuerzo, tiene un timbre de voz parecido al de Jon Bon Jovi y sabe moverse encima de un escenario.
Mención especial también para Laura, que con sus segundas voces pone la guinda perfecta al pastel. Hace algo más de un año vi a Band Jovi sin Laura y después de verlos con ella la verdad es que se nota la diferencia.
Dani con el Talk-box
Las dos horas de concierto es un verdadero “greatest hits” de Bon Jovi basado fundamentalmente en sus tres mejores álbumes de finales de los 80’ y principios de los 90’, “Slippery When Wet”, “New Jersey” y “Keep The Faith”, aunque por supuesto también se escuchan canciones más antiguas como la seminal “Runaway” u otras más actuales como “It’s My Life”. Todos los temas están impecablemente interpretados y la caracterización de los músicos sobre el escenario hace que la experiencia sea más cercana a lo que sería hoy día un concierto de Bon Jovi, pero sin tener que estar en un incómodo estadio soportando horas de espera, empujones, comida revenida y baños radiactivos.
A nivel personal me quedo con dos momentos. El primero sería la interpretación de “Wanted Dead Or Alive”, donde Dani se cuelga una guitarra de 12 cuerdas y Kutxo hace lo propio con su acústica Ovation para regalarnos uno de los momentos más intensos de la noche.
Wanted Dead or Alive
Mi segundo highlight sería el primer tema en el que Dani toca utilizando su Talk-box, “It’s My Life”. La primera vez que escuché ese efecto fue, como he dicho, en “Livin’ On A Prayer” cuando tenía 14 años. Después descubriría lo que es un Talk-box y escucharía dicho efecto en otras muchas canciones de gente como Aerosmith, Nazareth o Peter Frampton, pero Ritchie Sambora fue el primero para mí. Y mola mucho ver la cara de la gente cuando ven que Dani se mete un tubito en la boca para hacer esos ruidos raros!
En fin, que tanto si sois fans acérrimos de Bon Jovi, rockeros empedernidos o simples aficionados a la música, seguro que disfrutaréis del espectáculo para todos los públicos que ofrece Band Jovi, porque vais a poder corear prácticamente todas las canciones, y eso es lo que más se disfruta cuando vas a un concierto!
Keep On Rockin’!
Tx & Ft:Dr. Pretorius
Fotos tomadas durante el concierto de la sala Sum de Logroño del 25 de abril de 2015
drpretorius@drfrankensguitar.com
