Hoy os traigo un preciso y precioso trabajo de teatro gestual y mudo. Visto en el Teatro Arriaga este sábado pasado.
«AMA – La Terrible Belleza» de la Compañía bilbaína Marie de Jongh. Son referente en obras de público infantil con conocidos títulos como «Estrella», «Amour», «ikimilikiliklik» o «Kibubu» que han traspasado las fronteras nacionales. La misma «Ama» ha sido en parte creada en Francia gracias a la residencia concedida por el prestigioso Festival de Teatro de Avignon.
La primera pregunta me salta sobre cuánto evitamos al público infantil verdades tan impactantes como reales. Mientras que el teatro escandinavo lleva tiempo lanzando propuestas de temáticas polémicas al público infantil, aquí nos cuesta mucho rebasar cualquier línea comprometedora. Pixar y Disney por su lado están abriendo claramente este campo con títulos como Coco o Soul.
Me cuesta poner palabras a lo que sentí. Supongo que porque el teatro gestual, el silencio y el uso de mascaras neutras son un lienzo muy puro para proyectar tantas escenas familiares, reales y temidas, que necesitaría un diván para saber por donde empezar.
Así que hasta donde puedo, os quiero compartir algo de aquello que sentí. Sirva como referencia que tras el clamor del público, sus cinco minutazos de aplausos de la audiencia que llenaba el estreno en Bilbao, se hizo tal SILENCIO que amplificó de manera brutal las emociones que cargaban el ambiente.
Tan importante es el silencio como poner Palabras.
Sea esta Obra una invitación a un espacio de silencio, un lugar de máximos cuidados, un lugar para escuchar con el Alma, un lugar donde los recuerdos vuelvan para ser observados sin juicio, un lugar para saludar a la Vida y también uno donde aprender a despedirla.
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…..AMA empieza a girar y no van a parar…Valencia, Donosti, Granada, Sevilla, Avignon…hasta más de 50 fechas. Dirigida por Jokin Oregi e interpretada por Ana Martínez, Javier Renobales, Anduriña Zurutuza, Jokin Oregi, Maitane Sarralde, Joseba Uribarri Amets Ibarra.
Así nos la presentan ellos mismos:
«AMA habla de la fortaleza de unas personas frágiles y asustadas. Es un canto a la belleza épica del cuidado mutuo. Del cuidado de nuestros ancianos padres, esos que van muriendo poco a poco, llevándose con ellos parte de nuestra propia vida.
AMA es una obra de emociones fuertes rescatadas de lo cotidiano, donde se entremezcla lo prosaico con lo fantástico, lo mágico con el recuerdo, el arte y la risa, lo absurdo y lo trágico.
AMA es una historia de super-anti-héroes de lo cotidiano. Hay que asumir lo “terrible”, la cruda realidad a la que te tienes que enfrentar si aspiras a no volverte loco. Descubrimos belleza en lo terrible, y si hay belleza, hay esperanza de felicidad».
