La mejor vestida, las peor vestidas, el escote más pronunciado, los momentos más simpáticos, el más atractivo, el más zarrapastroso… estúpidos encabezados que nos estamos encontrando cada día (y van tres desde el pasado domingo) a raíz de la gala de los Oscar y a causa de la puta costumbre de algunas revistas y periódicos de meternos por los ojos cada vestido, traje, zapato, anillo o pendiente que lucieran Fulana de Tal o Mengano de Cual al pasar por la alfombra roja.
Bien saben aquellos que me conocen que no soy hombre paciente ni tolerante, así que no voy a esconder que me repugna hasta la náusea todo este desfile mediático que revolotea alrededor del cine para no decir absolutamente nada sobre el cine en sí.
Como quiera que, además, hasta el más ermitaño ha tenido que ver no menos de 20 resúmenes de la ceremonia, yo voy a hacer un resumen mucho más ligero (y, sí, reconozcámoslo, mucho más perezoso)
Bien, tenemos dos triunfadoras principalmente: Gravity y 12 años de esclavitud.
Gravity se alzó con 7 oscars, por los 3 que obtuvieron sus dos inmediatas perseguidoras: la historia de Solomon Northup que da título a esta página y Dallas Buyers Club.
Sobre esta última poco puedo hablar, ya que, aunque generalmente hablo de lo que no sé, en esta ocasión voy a hacer un ejercicio de responsabilidad y limitarme a decir que no creo que rompiera muchas quinielas que se llevase dos oscars a la interpretación (McConaughey y Leto) y uno al mejor maquillaje una historia basada en hechos reales, sobre enfermos de sida y con actores que, además, realizan una gran transformación física en sus papeles.
Así pues, si nos atenemos a las cifras, los 7 oscars de Gravity parece que la dan por ganadora incontestable de la noche, aunque yo discrepo y opino que el reparto no hace más que evidenciar la tendencia que apunta el mundo del cine de un tiempo a esta parte.
Creo que ya dejé caer en alguna entrada anterior que Gravity me decepcionó enormemente; me pareció una película vacía de historia y el mejor ejemplo de un cine que basa todo su potencial en el progreso tecnológico.
No quiero restar méritos a Cuarón (ganador del oscar al mejor director), pero vive Dios que, si tengo que elegir, me quedo con su fantástica Y tu mamá también antes que con la patochada espacial entre Clooney y Bullock.
De este modo, y además del que se llevó el director mexicano, Gravity se alzó con Fotografía, Banda sonora, Montaje, Sonido, Efectos sonoros y Efectos visuales, lo que hace una cuenta indiscutiblemente jugosa.
Pero, sin embargo, el Oscar a la mejor película se lo llevó 12 años de esclavitud, tercer largometraje de uno de los directores con más talento de la actualidad (Steve McQueen) y basada en la historia real de un músico negro libre que fue secuestrado y vendido como esclavo durante el tiempo que el título de la película anuncia.
El Oscar a la mejor película se ve refrendado, además, con el de mejor guión adaptado (el oscar al mejor guión original fue para el fantástico Spike Jonze por Her) y con el de mejor actriz de reparto para una mujer llamada Lupita Nyong´o que supura verdad en cada fotograma.
Curiosamente (en realidad, no tanto), Gravity no fue nominada por el guión que firmaron los hermanos Cuarón. Habrá quien le reste importancia a este hecho; no en vano la nominación a mejor película es un triunfo en sí mismo, pero también es cierto que no es un detalle a pasar por alto y que explica el por qué 12 años de esclavitud le arrebató el premio más preciado de la noche.
Es la guerra de siempre, la teconología y el espectáculo frente al cine de toda la vida, representada en este caso del modo más gráfico posible: una historia ambientada en el espacio frente a otra que se desarrolla a mediados del siglo XIX; el mejor guión frente a los mejores efectos especiales; el ¿futuro? del cine contra el ¿pasado? del mismo.
Habrá quien diga que no soy justo con Gravity y tal vez tenga razón, pero soy de los que prefiero una historia sin efectos que unos efectos sin historia.